Película “Parásitos”: Riesgos inadvertidos aunque evidentes que se ejemplifican en una trama galardonada

“Parásitos” es una película con una historia poco convencional desde la perspectiva del drama que termina con un mensaje profundo negacionista de la expresión de “el fin justifica los medios”, pero que para los apasionados en la investigación y rigurosidad del análisis, desde la perspectiva de la gestión de riesgos, sin duda, despierta un inusitado interés que extrapolando los efectos o consecuencias a diferentes ámbitos de la vida diaria familiar o empresarial, nos remonta a esos viejos adagios, máximas y refranes, que no está demás “remasterizarlas” a versión actual de tiempos convulsionados por los riesgos que cada vez más nos acechan desde los entornos más insospechados y que muchas veces ni siquiera tenemos la más mínima sospecha de que podrían traernos sucesos de imprevisibles consecuencias.

Por ejemplo, cuántas veces no hemos permitido ingresar a personas a nuestros hogares bajo la apariencia de que son inofensivas porque prejuzgamos su condición y generalmente esta posición o la actitud que asumimos frente a ellas, desactiva las alertas que normalmente deberían incentivarse cuando nos percatamos o somos conscientes del “bien” (como nuestros hijos, patrimonio, etc.) que se encuentra bajo nuestra custodia o responsabilidad. Sin satanizar, ni desde luego prejuzgar, nuestros hábitos de consumo nos impulsan a interactuar con nuevos modelos de negocio, como el “delivery” o puesto en casa, y ello se acrecentará en el futuro, porque las ciudades están infestadas de autos que amplifican las distancias en términos del tiempo invertido para recorrerlas y que resulta el “desincentivo” para preferir el servicio “in house”. Pues, con el avance de la tecnología digital y de las comunicaciones, por tomar sólo un ejemplo, las clases que necesitamos recibir o para nuestros hijos u tomar otros servicios que se requieren para la familia o el hogar, serán cada vez más personalizadas y cuando éstos no puedan brindarse “on line” por diversas razones, sea bien por la naturaleza del servicio o producto o del usuario o porque simplemente no existe alternativa de que no haya más remedio de que sea entregable o prestado o desarrollado sino de manera “in house”, el riesgo se incrementará exponencialmente y será necesario desarrollar lo que se denominan “disparadores de riesgo” o “alertas tempranas” dado que se requerirá de otros niveles de seguridad para contratarlos. De esto conocen muy bien los profesionales en delinquir, quienes se valen de aspectos de la psicología y de la sensación de carencia de bienes sustitutos, para motivar a sus víctimas a que sigan el guión que les asestará el golpe delictivo, tal cual las fechorías de antaño como los cuentos de haberse ganado el premio o la lotería y que sólo se tiene poco tiempo para asegurarlo o retirarlo, siendo necesario entregar algo.

En tal sentido, lo mismo ocurre en las empresas, cuando no estamos seguros del idóneo perfil de los colaboradores que contratamos, ni psicológicos, ni sociales, ni laborales, sin por supuesto sobrepasar el límite de lo razonable y diligente que se debería accionar o desplegar como esfuerzo de selección, desde la perspectiva de gestión preventiva de riesgos, para no colisionar o colocarse al límite de poder afectar el derecho al acceso al trabajo, aunque si por ejemplo, si sólo consideramos algunas variables para evaluar el perfil psicológico, seguramente estaríamos más que librando a la organización de personalidades con rasgos de psicopatía si acaso desarrollamos o aplicamos un modelo de selección con pruebas “ad hoc” que ayuden a detectarlos a tiempo, a modo de filtros de socialización, dado que no es fácil detectarlos debido  a que normalmente estas personalidades se suelen camuflar y utilizar muy bien los entornos a su favor para pasar desapercibidos hasta que van ganándose la  confianza y progresivamente van tomando el control del entorno para conseguir sus fines, desde cometer fraudes, acosos, desarrollar anillos o círculos de “sus similares” para usufructuar el poder bajo métodos vedados, gobernar sectores o áreas o a toda la organización, cometiendo “mobbing”, mal clima laboral, y a la postre dañar su estructura organizacional, así como su cultura o modelo de negocio que afectará su sostenibilidad. Desde nuestro punto de vista cinéfilo, es una versión remasterizada de “durmiendo con el enemigo” y desde el prisma de la gestión del riesgo es una versión de la “huérfana”.

Juan José Peralta Morales – CEO Virtual Risk Management